El túnel de General Mitre, ubicado en pleno centro de Barcelona, es una infraestructura estratégica para la movilidad urbana de la ciudad. Se inauguró en 1999, y su construcción permitió soterrar una parte significativa del tráfico rodado, lo que alivió la circulación en superficie, redujo la contaminación acústica y mejoró la calidad de vida en los barrios colindantes.
Con cerca de 600 metros de longitud, el túnel se configura en dos tubos unidireccionales independientes, separados por una pared medianera. Su planta presenta una curva a la boca del túnel, con tramo recto central y contracurva a la salida, lo que implica un trazado con una singularidad complicada en materia de vialidad. Cada tubo cuenta con dos carriles de circulación y aceras de emergencia y soporta diariamente un volumen de tráfico superior a los 70.000 vehículos, consolidándose como uno de los ejes viarios más transitados de la capital catalana.
De florescencia compacta a tecnología LED de última generación
Desde su puesta en servicio, el túnel contaba con alumbrado de emergencia Carandini, concretamente con el modelo HFN114, basado en tecnología de fluorescencia compacta. Estos equipos, instalados hace 25 años, seguían en pleno funcionamiento gracias a su robustez y alta calidad, lo que evidencia la fiabilidad de las soluciones Carandini a lo largo del tiempo. Más de dos décadas después, el Ayuntamiento de Barcelona ha vuelto a confiar en la marca para llevar a cabo la renovación de esta instalación clave, en colaboración con ACISA, empresa responsable del mantenimiento integral de los túneles de la ciudad.
En esta nueva fase del proyecto, el consistorio buscaba una solución que cumpliera con la normativa vigente, permitiendo una clara identificación de las vías de evacuación en caso de emergencia y que además ofreciera una guía visual continua para mejorar esa singularidad de vialidad que tiene el túnel. Con este objetivo, se eligió la luminaria T-LINE, una solución lineal de última tecnología que, además de servir como alumbrado de emergencia, actúa como sistema de balizamiento y señalización.
Dentro del proyecto, también se incluyó la iluminación del ramal de Can Ràbia, una salida adicional situada en sentido norte del túnel, que requería las mismas condiciones de seguridad y visibilidad que el trazado principal.
Resultados que triplican la normativa con mínimo gasto y máxima uniformidad
Para la modernización del alumbrado se suministraron 25 tramos de 50 metros, equipados con batería, una temperatura de color de 4000K y un índice de reproducción cromática (CRI) superior a 80. Estos se instalaron en el hastial del carril de tráfico lento en ambos sentidos de la circulación.
Desde el punto de vista técnico, el proyecto se ejecutó conforme a los criterios establecidos por la normativa de alumbrado de emergencia de los Bomberos de Barcelona, que exige una iluminancia mínima de 3 lux con batería. La solución T-LINE no solo ha superado ampliamente este umbral, alcanzando los 10 lux, sino que ha logrado una uniformidad lumínica del 0,99, prácticamente perfecta. Esta homogeneidad elimina zonas de sombra y garantiza una visibilidad óptima en todo momento, reforzando de forma significativa la seguridad operativa del túnel.
T-LINE, la evolución en iluminación de emergencia para túneles
Además de garantizar el cumplimiento de los requisitos normativos, la elección de T-LINE se justifica por sus ventajas técnicas y funcionales. Su diseño modular permite desplegar hasta 50 metros de luz continua con una sola luminaria, lo que simplifica considerablemente la instalación, disminuye costes y reduce fallos al eliminar conexiones que podrían ser un posible punto de fallo en la instalación. Tanto el montaje como el mantenimiento se realizan sin necesidad de adhesivos ni clipajes, y los componentes pueden sustituirse sin herramientas, lo que reduce los tiempos de intervención. A ello se suma su bajo consumo energético, que contribuye a una mayor eficiencia operativa y mejora la sostenibilidad de la infraestructura con un coste de explotación mínimo.
La luminaria incorpora una batería con 90 minutos de autonomía en modo emergencia, está certificada con grado de protección IP69K —ideal para limpieza con agua a presión— y permite una regulación completa del perfil (en profundidad, altura, rotación e inclinación), adaptándose a todo tipo de túneles. Además, incluye un LED indicador que muestra el estado de la batería, facilitando las labores de mantenimiento preventivo.
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